Montecarlo

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Por Editor Mundo Empresarial

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09.07.2015

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“La mayor joya del  Principado de Mónaco” 

Montecarlo es un distrito particularmente reconocido del principado de Mónaco, una verdadera ‘joya de la corona’ respecto al turismo, conocida por su refinado y místico casino, los clásicos juegos de azar de la época dorada, el glamour y por supuesto, la posibilidad de encontrar en sus exquisitas calles a cualquier personalidad de la moda, el cine y la música mundial. 

Aun así, Montecarlo acoge un segmento importante del Circuito de Mónaco, en el que tiene lugar el Gran Premio de Fórmula 1, el cual constituye un evento de no perderse una vez terminada la Semana Santa, además de otra de las pruebas del Mundial de Rallys más importantes: el Rally de Montecarlo.

Llegar a Montecarlo no es difícil; las carreteras que unen Mónaco con Francia son deleites para la vista, y por la ventanilla del automóvil le arrojará imponentes paisajes de los grandes abismos que bordean la montaña y que le harán sentirse como un agente secreto o un galán de cinema italiano clásico. Por otro lado, el Aeropuerto Internacional Niza – Costa Azul, situado a 22 kilómetros de Mónaco, une al Principado con las grandes ciudades del mundo y representa una más rápida y confortable forma de llegar a esta hermosa ciudad a orillas del Mediterráneo.

Un hotel para recomendar es el Port Palace de Mónaco, un exquisito complejo hotelero con vista al diáfano mar, donde podrá relajarse en sus confortables habitaciones, darse un buen momento en el jacuzzi mientras su vista se pierde en la inmensidad del imponente mediterráneo, o sentarse en el balcón a observar la extasiante carrera de fórmula 1 mientras disfruta de un desayuno propio de un monarca. Después de esto, puede salir a disfrutar las muchas opciones de esparcimiento que le ofrece esta ciudad; para los fanáticos y conocedores de la cultura, se encuentra el inolvidable recorrido por los principales museos de Montecarlo: El museo de la Chapelle de la Visitation, una hermosa capilla que guarda obras emblemáticas de artistas como Rubén, Zurbaran y otros maestros el arte barroco italiano; el increíble Museo Naval, el Oceanográfico, el Antropológico y por supuesto, el nuevo Museo Nacional de Mónaco, una estructura gigantesca de gran belleza que ostenta lo mejor del arte y la historia patria monaguesca.

Ahora, si prefiere algo más sensitivo, viva la extraordinaria experiencia de caminar por entre los jardines exóticos de Mónaco, uno de los sitios más visitados por su belleza, mantenida a la perfección desde su apertura al público en 1933; Aparte de esto, entréguese a la práctica de deportes como el tenis y el golf, o súbase a un yate para dar un paseo por los arrecifes románticos del mediterráneo junto a su pareja al atardecer. 

Una vez caída la noche, Montecarlo se transforma para satisfacer a los noctámbulos de todos los estilos; las damas pueden ponerse su mejor vestido de diseñador y los hombres su traje de sastre hecho a la medida para una noche glamorosa y de adrenalina en el legendario Casino de Montecarlo, lugar donde se han filmado películas de 007 como Golden Eye, Never Say Never Again y la emblemática Dr. No donde el espía británico dijo por primera vez su popular frase “Bond, James Bond”. 

Pero si el frío de la noche lo invita a algo más movido, puede pasar una noche inolvidable en el también legendario club nocturno Black Legend, donde la explosión de colores acompañada del beat de las mejores canciones de música electrónica y el delicioso sabor de los cocteles de la carta, harán que sus sentidos se extasíen con mil sensaciones diferentes. 

En Montecarlo y en todo Mónaco se habla el francés y el inglés, y sus habitantes son muy amables con los turistas, pues este sector representa la mayor cantidad de ingresos para el PIB nacional; con más de 150 restaurantes de alta cocina y cocina artesanal, Montecarlo ofrece una experiencia culinaria completa, desde el autóctono y conocido Café Le Circus, hasta la experiencia exótica en el Yoshi, donde encontrará una fusión entre la cocina francesa y asiática excepcional, representada en un plato de calamares en reducción teriyaki y crema de caviar; sin embargo, lo mejor es que sea usted mismo quien descubra que restaurante le robó el corazón.

Montecarlo no es un destino económico, pero puede llegar a ser una experiencia que cambie su vida y la de quienes le acompañen, y eso bien vale un aumento en el presupuesto estimado; vaya a la ciudad mágica de la realeza en Europa; vaya a sentir el aroma de la sal de mar mezclado con el bouquet de un buen Merlo en el balcón de su habitación; vaya a gritar de emoción mientras ve los flamantes autos de la fórmula 1 romper la barrera del sonido en el Grand Prix, vaya a conocer y apostar por unas vacaciones inolvidables en Montecarlo.

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