“La ciudad que inspiró un premio Nobel”
La Habana cuenta con una belleza que nace de su antigüedad e historia; como capital de la rebelde Cuba, esta ciudad no ha permitido que su trayectoria controversial le robe ni un poco de su brillo como gema del Caribe. La infraestructura turística cuenta con más de diez mil habitaciones en varios hoteles, que varían de precio y enfoque para satisfacer a todo tipo de viajeros; existen decenas de restaurantes adornados con lo más exclusivo y típico de la gastronomía cubana, bares y discotecas que encierran toda la magia de la salsa y por cuyos escenarios pasaron voces como las de Los Van Van e Isaac Delgado.
La Habana Vieja
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, su proceso de restauración ha logrado crear una atmosfera que transporta al viajero 200 años en el pasado. Los atractivos turísticos de La Habana Vieja se concentran al norte de la Calle Lamparilla, y un recorrido casi que obligado puede tomar como eje la Calle Obispo, en cuyos alrededores se encuentran la Plaza de la Catedral, el Castillo de la Real Fuerza, la Plaza de Armas y los principales restaurantes típicos, como El Floridita y la Bodeguita del Medio; hay lugares emblemáticos que no pueden dejar de visitarse, como el hotel “Ambos Mundos”, relacionado profundamente a la figura del escritor Ernest Hemingway.
La mejor manera de conocer la Habana Vieja es a pie; las distancias a recorrer nunca sobrepasarán los 2 Km pero si lo que prefiere es hacer un recorrido panorámico por todo su perímetro es buena idea utilizar coches tirados por caballos, los cuales inician su recorrido en el capitolio y tienen el costo de 5.00 USD por persona.
Aunque en Cuba la moneda oficial es el peso cubano (CUP) que equivale a poco más de 100 pesos colombianos, los turistas deben manejar el peso convertible cubano (CUC), equivalente a 3.100 pesos colombianos; sin embargo, en zonas de la Habana Vieja, los restaurantes típicos y los puestos de comida callejeros usan el CUP, por eso lo mejor es tener un poco de cada uno para no restringir su experiencia. El Centro Habana y el Vedado, que es como se conoce a la zona moderna; es un pasillo flanqueado por un muro de cerca de 1 metro de ancho que se extiende por alrededor de 12 kilómetros desde La Punta en la entrada de la Bahía de La Habana hasta el túnel de 5ta Avenida en el Río Almendares.
El Malecón es el lugar más popular para habaneros y turistas, pues es también sitio de esparcimiento y diversión. El Malecón es el sitio ideal para caminar con su pareja, tomar el sol durante el día y la fresca brisa del Caribe en la noche, atreverse a pescar, escuchar música autóctona de grupos que se instalan a lo largo del muro para dar orquestas públicas, además de ser una de las principales vías de la ciudad y donde encontrará concentración de grandes edificios y hoteles de lujo.
Cojímar y las Playas del Este
Una vez instalado, permítase disfrutar de la arena blanca de las playas de la zona marítima del pueblo de Cojímar y las llamadas Playas del Este, cuyo atractivo turístico las hacen un paraíso para los bañistas. Cojímar es un pueblo marinero que a pesar de su cercanía con la capital, tiene su encanto propio. Fue en este pueblito, y sus historias donde se inspiró el reconocido escritor Ernest Hemingway para escribir «El Viejo y el Mar», libro con el que ganó el Premio Nobel.
Pero no debemos olvidar ni por un segundo la exquisita cocina cubana; en el restaurante La Terraza se refugiaba el mismísimo Hemingway deleitándose con la tierna carne de langosta, la cual usted mismo puede seleccionar de un vivero. Una vez satisfecho repose el banquete caminando por sus calles ancestrales y admirando su arquitectura en madera de la que son expresión muchas casas hermosas.
Cae la noche en la Habana y es hora de entregarse a los placeres nocturnos del baile y la música; en esta hermosa ciudad hay infinidad de clubes donde puede bailar, desde salsa con orquestas en vivo hasta bares de jazz y boleros donde podría sentarse a cantar y disfrutar de un buen daiquirí. Específicamente, hay 2 lugares recomendables para deleitarse en el crepúsculo habanero: el Club Tropicana, cuyo espectáculo de bailarinas es impecable, y por otro lado, El Rincón del Bolero, donde la música cubana se funde con la melancolía de sus intérpretes y brindan una experiencia que despierta los sentidos.
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