Es el año 2017; un año predispuesto para los grandes avances y donde por supuesto, la arquitectura no podía ser la excepción. No solo tenemos nuevas tendencias en cuanto a arquitectura habitacional, comercial y civil, sino que la decoración de interiores juega un papel cada vez más importante en el resultado final de un proyecto arquitectónico. Aparte de eso, tanto ingenieros como arquitectos nos deslumbran cada vez más con ideas visionarias y que solo pueden ser llamadas como “construcción de vanguardia”.
Sin embargo, las construcciones de vanguardia no se limitan simplemente a espacios estratégicos o acabados eclécticos; sino a la creciente ola de nuevas tendencias llamada “construcción sostenible”.
¿En qué consiste? Pues bien, este tipo de construcciones son aquellas que están en sincronía con su alrededor; que hacen uso mínimo de energía, agua y materiales, además de proceder con un funcionamiento eficiente y que a su vez provee comodidad y limpieza a sus usuarios. Este objetivo es alcanzado gracias a un proceso de diseño cuya prioridad aparte de la seguridad, es la conciencia del clima y la ecología del entorno donde ha de edificarse el inmueble, con el fin de lograr la mayor practicidad de este y el menor impacto ambiental posible.
Para esto se emplea un conjunto de medidas en el área de diseño y construcción, que permiten alcanzar los porcentajes máximos de ahorro de agua y energía, orientados al progreso de la calidad de vida de sus habitantes y a la práctica de responsabilidad ambiental y social.
En Colombia, por ejemplo, el sistema de certificación principal en construcción sostenible es el LEED, pensado y ejecutado por el Consejo de Construcción Sostenible de los Estados Unidos; esta certificación está destinada a estructuras que practiquen satisfactoriamente los requerimientos, como el bajo impacto en el medio ambiente, la utilización de energías alternativas y la eficiencia del consumo de agua. Desafortunadamente, en nuestro país las ciudades que se destacan por su mayor número de construcciones de este tipo son apenas, Bogotá y Medellín.
Cristina Gamboa, Directora Ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), asevera que gracias a esta clase de edificaciones se disminuye el consumo de energía y agua en un 50%; también existe una menor reproducción de emisiones nocivas y es mínima la generación de escombros durante el proceso de edificación.
Pese a que la definición de ‘edificios sostenibles’ es extensa y cubre un vasto rango de aspectos, los principales puntos a evaluar para una edificación sostenible son:
- Eficiencia en el uso de energías
- Eficiencia en acueducto
- Calidad del ambiente interior
- Materiales de construcción de bajas emisiones tóxicas
- Edificaciones y entorno exterior amigable con el medio ambiente
- Sostenibilidad urbana
- Sostenibilidad del emplazamiento del proyecto.
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