EL PAPEL DE LOS ABUELOS EN LA CRIANZA DE LOS NIETOS
Por Gladys G. de Bothe
Psicóloga Clínica
Antes, en las familias, los abuelos, hijos y nietos vivían juntos y los abuelos intervenían bastante en la educación de los nietos. Hoy, mucha cosas han cambiado. Del mismo modo en que la estructura familiar ha evolucionado, los abuelos también lo han hecho. Gran parte de las abuelas de hoy no son como las de antes. Suelen tener una vida más activa, estén o no jubiladas. Muchas abuelas ya no están a las órdenes de los padres de sus nietos. Sin embargo, también vemos que cada día hay más necesidad de la presencia de los abuelos. Para las madres solteras o separadas y en otros casos cuando el padre y la madre no están de manera continua, su participación en la crianza toma un papel esencial.
Ser abuelo es una experiencia única y diferente a ser padre. Con los nietos hay grandes dosis de amor y una vivencia que no parecía posible: poder querer a alguien tanto o más que a los hijos. Es un afecto tranquilo, que se disfruta más intensamente. Para los abuelos, los nietos son la prolongación de su existencia. Con ellos existe una profunda conexión genética. Ver a los hijos repetir lo que aprendieron en casa también produce la grata sensación del deber cumplido. Sentir que todos los esfuerzos que se hicieron con los hijos se perpetúan en los nietos, es una satisfacción inmensa y es parte del legado importante que dejamos los seres humanos.
El papel que juegan los abuelos en la vida de los nietos es único. Ellos, como personas con más experiencia, pueden guiar y apoyar a sus hijos en la labor de la crianza. Sin embargo, todo abuelo debe tener claro que la última palabra la tienen los padres del pequeño y nunca se les debe desautorizar, contradecir o reprochar, pues se entraría en una situación de conflicto que convierte el apoyo en una incomodidad para sus hijos, yernos o nueras y con el tiempo, llevará a que lo quieran evitar. Es importante mantener los vínculos afectivos intactos entre padres y abuelos en un marco de respeto y reconocimiento, siendo coherentes en la crianza para que los niños tengan referentes claros y precisos.
Los abuelos son una fuente inagotable de afecto para los nietos. Con su sabiduría, les enseñan cosas que llegan a ser muy valiosas para ellos. Además, las experiencias que comparten nietos y abuelos son de mutuo crecimiento. Todo aquel que tuvo abuelos presentes mientras crecían guarda recuerdos hermosos de ese apoyo incondicional. Las vacaciones con ellos, sus regalos y el tiempo compartido dejan huellas imborrables en los nietos.
Los abuelos no están ahí para reemplazar a los padres en sus deberes. Ellos ya criaron a sus hijos y no les corresponde criar a sus nietos. Ayudar, guiar y disfrutarlos, es a lo que están llamados. Es importante, entonces, que se creen unas rutinas con los abuelos. De esta manera, el niño sabe y conoce qué esperar de ellos y, a su vez, los abuelos también se pueden organizar alrededor de esas rutinas. Por ejemplo, asignar un día en la semana para que los niños los visiten en su casa y/o tener un almuerzo o alguna reunión familiar durante los fines de semana. Visitarlos por temporadas en su hogar, si es que viven en otra ciudad o país, será una bendición, especialmente si aún son lactantes, pues la mamá tendrá un remanso de descanso en la rutina agobiante de los primeros meses; sin embargo, no se debe exagerar con la frecuencia ni duración de estas visitas, pues se empezará a escuchar la frase: “Otra vez viene tu mamá?” o “Cuánto tiempo se quedará?”.
Hay que tener en cuenta que hoy en día se presentan muchas situaciones especiales, donde los abuelos son los que crían para que los padres puedan trabajar. No es lo óptimo, pues aunque ellos cuidan mejor a sus nietos que cualquier otra persona ante la ausencia de los padres, les es más fácil caer en el consentimiento excesivo, donde no hay límites claros. Hay un momento en la vida para cada vivencia. El abuelo debe tener el derecho de disfrutar a sus nietos sin tener el agobio de la crianza diaria. Es importante que los abuelos no desautoricen a los padres. Esto confunde a los niños y no beneficia tampoco a los padres. El abuelo sí se puede dar el lujo de ser algo alcahueta, pero respetando las normas del hogar.
Hay una distinción clara entre los papeles de los padres y de los abuelos con relación a los niños. Es natural que, en ausencia de los padres, los abuelos concedan algunos caprichos a los nietos y que adopten distintas reglas. En realidad, los abuelos tendrían apenas que centrarse en los aspectos más agradables como el apoyo y el cuidado, aunque para muchos sea más difícil. Por lo general, el papel de los abuelos ha de ser discreto, y nunca impuesto. Ellos son abuelos y no niñeros.
Todo marchará perfectamente si los abuelos asumen las siguientes funciones:- Dar consejo, si se lo piden.- Transmitir valores familiares.- Ser un Compañero de juego.- Ser un modelo de envejecimiento y ocupaciones.- Ayudar en momentos de emergencia (como cuando se está en la “reserva”).
Un factor que une a abuelos y nietos es cómo viven el tiempo, ya que ambos viven el presente con intensidad y plenitud. Para los nietos lo importante es tener a alguien que tenga tiempo para ellos, y por su parte, estos ayudan a los abuelos a no anclarse en el pasado. Desde esta perspectiva, alguna de los roles de los abuelos se podrían resumir en: 1) Ser el mejor cuidador: cuidar a los nietos cuando los padres, por razones de trabajo o estudio requieren que alguien de confianza se los cuide. 2) Ser un buen compañero de juego. 3) Ser el experto contador de historias: El contar a los nietos sus historias vividas les ayuda a los nietos a adquirir consciencia sobre las tradiciones y además le da sentido histórico y continuidad a la familia. 4) Ser un trasmisor de valores morales. La experiencia de los abuelos les brinda a los nietos modelos de valores, de comportamiento y de filosofía de vida. 5) Ser amortiguador de la relación entre padres e hijos. Los abuelos son los pacificadores en tiempos de tensión entre padres e hijos. 6) Ser una fuente de amor incondicional. Esto es algo que la mayoría de los nietos reconoce, que los abuelos siempre van a estar ahí. 7) Ser los mejores confidentes y compañeros. Normalmente, la afinidad entre los nietos y abuelos los hace aliados en los secretos.
LOS BUENOS ABUELOS EXCUCHAN A LOS NIETOS Y LES RESPONDEN CON LA VERDAD Y SIN AFANES A SUS INQUIETUDES Y PREGUNTAS. LOS NIETOS QUIEREN SABER, QUIEREN APRENDER, QUIEREN RATIFICAR SU CONOCIMIENTO, POR ESO A LOS BUENOS ABUELOS NO LES EXTRAÑA QUE LOS NIÑOS REPITAN LA MISMA PREGUNTA CIEN VECES, QUIERAN VER LA MISMA PELICULA OCHENTA VECES O ESCUCHAR EL MISMO CUENTO UNA Y OTRA VEZ. ELLOS VIVEN EN EL PRESENTE Y GOZAN CADA MOMENTO. SE SIENTEN MUY SEGUROS CUANDO YA SABEN EL CUENTO, CUANDO SE PUEDEN ADELANTAR A LOS DIÁLOGOS DE LA PELÍCULA O CUANDO COMPRUEBAN QUE SUS PAPÁS LES ESTAN DICIENDO LA VERDAD.
LOS ABUELOS Y LOS NIETOS SE MERECEN TODO EL AMOR, COMPRENSIÓN Y RESPETO MUTUO
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