Gladys G. de Bothe, Psicóloga Clínica
Independientemente de los propósitos que nos pongamos los 31 de Diciembre de cada año y si los cumplamos o no, todos tenemos una misión cuando llegamos al planeta: servir a los demás, crecer y ser felices. Este propósito general nos permitiría encontrarle sentido a la existencia y pasar por la vida dejando una huella que valga la pena.
Sin embargo, nos pasamos la vida dando tumbos y buscando aquí y allá la felicidad que solo podemos encontrar dentro de nosotros mismos. Una persona tiene un propósito en la vida cuando sabe perfectamente qué desea para su futuro, define un conjunto de metas que se identifican con ciertos ideales y pone todo su interés, deseo, trabajo, voluntad y la vida misma para lograr esas metas, porque son proyectos que llenan el corazón y se pueden disfrutar. Confucio decía: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, esta frase está perfectamente ligada al hecho de encontrar un propósito fundamental en la vida, dedicarse a algo que se disfrute completamente. Si una persona descubre cuáles son las tareas que mejor se ajustan a su forma de ser, entonces su desarrollo personal será increíble.
Cuando se tiene un propósito en la vida, los problemas se ven como oportunidades de aprendizaje. Esa perspectiva solo es posible cuando una persona entiende muy bien su Misión de Vida; está tan emocionado con su proyecto de crecimiento personal que no pierde el ánimo fácilmente y está seguro que detrás de los problemas, hay enormes oportunidades. La gente que tiene grandes propósitos está obligada a aprender mucho en poco tiempo y es capaz de disfrutarlo. Siempre es posible alcanzar metas extraordinarias. Hay que vivir el presente. La mejor manera de tener una vida plena es viviendo momento a momento. Dejar de sufrir por las cosas negativas del pasado y evitar preocuparse por la incertidumbre del futuro. La meta es vivir el presente con el compromiso de realizar el mejor esfuerzo dirigido a construir un futuro maravilloso. Para lograr eso necesitamos tener una actitud positiva. Desarrollar el hábito de buscar siempre lo positivo dentro de cada situación, aun cuando parezca negativa inicialmente. La habilidad de ver las situaciones, personas o recuerdos desde una perspectiva más positiva nos permite salir del pesimismo y de la pasividad con la que a veces asumimos la vida.
Es indispensable proponernos vivir momentos de calidad. Los acontecimientos especiales siempre se presentan a su debido tiempo, cuando el corazón está dispuesto y el momento y las condiciones son propicios para el evento. Debemos Soñar en grande. Los sueños que atesoramos nos dan la motivación y el impulso necesarios para vivir a plenitud. Cuando se tiene un propósito, los días adquieren un sentido renovado, se recupera la pasión y el encanto por la vida.
Tener un propósito en la vida marca la diferencia entre vivir plenamente, y simplemente existir. Las personas de éxito triunfan a propósito; su éxito es el resultado de un plan preconcebido y puesto en marcha. El plan de acción es el mapa de la ruta que lo conducirá al logro de sus metas, sueños y aspiraciones.
En una sociedad en la que la gente culpa a todos, desde sus padres hasta el gobierno por su incapacidad de salir adelante, la gente exitosa descarta asumir esa actitud de víctima, y por el contrario asumen responsabilidad por lo que ocurre en sus propias vidas. Asumir responsabilidad es tomar conciencia que al decir que alguien o algo fuera de nosotros nos previene de alcanzar el éxito, estamos entregando nuestro poder personal a ese ente externo. Esto equivale a asumir que algo externo tiene más control sobre nuestras vidas que nosotros mismos. Al asumir nuestra responsabilidad, nuestra realidad la forjamos nosotros día a día mediante nuestras decisiones conscientes ejecutadas por medio de nuestra voluntad.
Tener un propósito es contar con la determinación de hacer lo que estamos convencidos que vinimos a hacer en esta vida, y estar comprometidos a hacerlo con excelencia. Mientras que encontramos un propósito, nuestras vidas consisten en hacer el menor esfuerzo para apenas existir con la menor cantidad de problemas. Una vez que encontramos un propósito amamos lo que hacemos, y se nota, y las personas quieren relacionarse con nosotros porque perciben nuestro compromiso con la excelencia. Pero, ¿Cómo encontrar un propósito? Simple, elija una causa en la cual crea, y encuentre la manera en la cual puede usar sus habilidades para el mayor provecho de todos los involucrados, incluyéndose a usted mismo. Para eso, debe hacer un plan de trabajo. Tratar de alcanzar las metas sin un plan, es cómo manejar por territorio desconocido sin un mapa. La diferencia entre un sueño y una meta realizable, es que la meta tiene fecha. Si desea alcanzar sus metas en el menor tiempo posible y disfrutar del viaje, comience por escribirlas como pasos con fechas para ser logradas.
Finalmente, y como si todo lo anterior no fuera suficiente para ver la importancia de tener un propósito en la vida, un equipo de investigadores de las universidades de Carleton (Canadá) y Rochester Medical Center (Nueva York) han publicado que “tener un propósito en la vida está asociado a un menor riesgo de mortalidad”. Los investigadores creen que tener un objetivo en la vida puede animar a las personas a seguir un estilo de vida más saludable y a ser más positivos, elementos que podrían aumentar la longevidad.
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