Pese a que es una corriente arquitectónica que ha ido tomando fuerza en varios países desarrollados y en algunos en vía de desarrollo como el nuestro, aproximadamente un 58% de la población (incluyendo empresariado también) aún no tienen claro el concepto de “Construcción sostenible”, basada en el respeto al entorno y al medio ambiente. Sin embargo, el concepto de sostenibilidad no solo abarca la preservación del medio ambiente, sino que también hace énfasis en lo relacionado con el desarrollo mismo, prácticas tales como el uso eficiente de los recursos, la búsqueda del progreso social, el crecimiento económico estable y la erradicación de la pobreza.
Así pues, la definición de sostenibilidad es la siguiente: “la satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
¿Cómo saber cuándo la construcción es sostenible?
Es una pregunta válida, más para quienes no están relacionados con el área técnica de la ingeniería y arquitectura que abarca este tema. Aquí traemos algunos aspectos que convierten a una construcción en sostenible:
Uso de materiales reciclados: Esto permite dar una nueva vida a materiales que de otro modo habrían acabado en un basurero, aún con vida útil remanente.
Aprovechamiento de la luz natural: Un edificio que deja entrar grandes cantidades de luz natural significa un ahorro de electricidad seguro.
Materiales con bajo contenido en carbono: Los materiales de construcción con frecuencia causan una gran cantidad de emisiones de carbono en su proceso de fabricación, debido a la gran intensidad de energía o porque tienen que ser transportados un largo camino para el punto de uso.
Utilización de energía solar: Una fuente de energía completamente gratuita y disponible en cantidades ilimitadas, factores que proporcionan un gran beneficio para los consumidores y ayudan a reducir la contaminación.
Instalaciones eficientes de agua: La instalación de duchas e inodoros eficientes puede conservar uno de los recursos más valiosos de la tierra: el agua. Ejemplos de accesorios eficientes incluyen los inodoros de doble descarga y compostaje.
Desde su entrada en vigencia en el 2016, la Guía de Construcción Sostenible, que promueve la eficiencia energética y el uso racional de agua en nuevas edificaciones ha tenido como meta apoyar a las ciudades colombianas para ser más sostenibles y competitivas mediante la asistencia técnica y financiera en el desarrollo de su portafolio de planes estratégicos y de alto impacto en los cuales, organizaciones como IFC, la CCCS y Camacol, pueden contribuir en la práctica al uso eficiente de los recursos naturales y de los servicios públicos.
De esta manera, los edificios verdes se han convertido en una oportunidad de inversión, pues su valor de venta es 7% más alto que las construcciones convencionales, según una encuesta elaborada en 69 países por la firma Dodge Data & Analytics. Por esto, el valor de inversión para este tipo de construcciones no se debe focalizar únicamente en el costo económico sino se debe ahondar en el retorno de inversión o ‘payback’, que permite bajar los costos de energía y agua a corto, mediano y largo plazo.
La CCCS y su labor
Las acciones del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) se concentran en fortalecer el conocimiento sobre construcción y urbanismo sostenible; apoyar la formulación y cumplimiento de políticas de producción y consumo responsable; ofrecer un portafolio extenso y relevante de herramientas de verificación/certificación en construcción y urbanismo sostenible, el cual incluye el Programa LEED para Colombia, el Programa Referencial CASA Colombia y el Programa Acelerador de Eficiencia Energética para Edificaciones (Building Efficiency Accelerator, BEA); también ofrecer capacitaciones y eventos especializados que logren conectar al mercado nacional con tendencias e innovaciones globales relevantes para el país.
Actualmente en Ibagué varias constructoras han iniciado su incursión en la arquitectura sostenible, tanto para sus proyectos habitacionales como para los grandes complejos comerciales, que buscan disminuir su huella en el medio ambiente con sistemas eficientes de acueducto, iluminación y aclimatación de sus espacios.
Aunque hace falta en nuestra ciudad emprender iniciativas verdes como los jardines verticales de Bogotá, los empresarios poco a poco se han ido uniendo a la causa, principalmente por solicitud de los compradores, que ahora saben la importancia de un hogar o espacio de trabajo eco-amigable.
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