«Crecer en el campo, aumentó su pasión por el café colombiano»
Las historias llenas de dificultades y superación son faros de admiración que invitan a imitar sus protagonistas; ese sin duda, es el caso de Gildardo Monroy Guerrero, un tolimense oriundo de Rovira y apasionado por la caficultura, quien creció con la humildad típica del campo, como fueron según recuerda las largas caminatas de varias horas para ir a estudiar. Gildardo ha superado el dolor, la pérdida y tragedias personales, como aquel accidente doméstico que le provocó quemaduras de tercer grado y que lo tuvo en un hospital por casi seis meses.
Sin embargo, nada de esto logró derrotarlo y supo transformar con trabajo arduo y disciplina, las adversidades en grandes triunfos; hoy, este Administrador de Empresas de la Universidad del Tolima no sólo ostenta una Maestría en Administración de la Universidad Nacional, sino que también es Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Universidad Católica del Perú y Doctor Of Business Administration de Maastrich School of Management, de Holanda.
Quienes han tenido el honor de trabajar junto a este rovirense, saben que pese a no contar con la presencia de su padre Jesús María Monroy, quien falleció en un accidente automovilístico cuando Gildardo apenas tenía 2 meses de nacido, creció como un hombre íntegro de la mano de su madre Carmen Guerrero, quien fue impulso fundamental en la niñez y adolescencia de su hijo.
Gildardo Monroy siempre se destacó académicamente. Estudió en las Instituciones General Santander, Francisco de Miranda y el Colegio Nacional de San Simón de Ibagué; su sorprendente desempeño en las pruebas de Estado le valió una beca para matricularse en la Universidad del Tolima.
Gildardo inició su carrera laboral con cargos como Auxiliar de Pagaduría en Adpostal, Auxiliar de Almacén en Fibratolima, Auxiliar Contable en Prohaciendo y Asistente Administrativo en la Central Cooperativa de Comercialización Cafetera del Tolima Ltda – Coomcafé, donde precisamente hizo su tesis de pregrado titulada: Diagnóstico y Reconversión Industrial de la Compañía Cafetera de Comercialización Limitada Coomcafé, la cual le demostraría que llevaba este producto en las venas. Eventualmente, la vida lo llevaría de nuevo a Prohaciendo, sólo que esta vez como Director Ejecutivo.
Los buenos resultados al frente de Prohaciendo, así como sus logros académicos, hicieron que su nombre fuera considerado para el cargo de Director Ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros del Tolima en el año 2007. En estos diez años al frente del Comité Tolima, Gildardo Monroy reconoce que se han realizado importantes avances en la renovación de la caficultura, toda vez que hoy el 78,4% del total de hectáreas sembradas corresponden a café tecnificado joven: “Hemos ayudado a fomentar la producción de cafés con valor agregado y al fortalecimiento de los cafés especiales. Es así como durante los últimos años, el café del Tolima ha obtenido varios premios como la Taza de la Excelencia en 2 ocasiones los primeros lugares en el Concurso ‘Colombia tierra de diversidad’. De la misma forma, se ha propiciado el desarrollo de la infraestructura comunitaria, a través de la construcción y el mantenimiento de vías; así mismo, ha logrado renovar el parque cafetero y reducir la edad promedio de los cafetales de 14 a 7 años, gran avance para la tecnificación y aprovechamiento del café.
Bajo la administración de Monroy Guerrero se ha alcanzado la revalorización patrimonial del Comité de Cafeteros del Tolima: “de un déficit económico y presupuestal hemos logrado el día de hoy, generar cambios importantes como la renovación de la sede a una mucho más moderna y logísticamente adecuada que la anterior, con capacidad para atender a las familias caficultoras del departamento cómodamente”, asegura Gildardo.
¿Por qué la pasión por el café?
“Ser un niño criado en el campo es un gran factor para la pasión que le profeso al café colombiano; eso, sumado a mi experiencia en varias empresas del gremio cafetero en el Tolima, consolidaron mi amor por este producto. Además, mi tiempo como Profesor catedrático en temáticas como la gestión de riesgo, sumado a mi conocimiento sobre el esquema de producción de café a pequeña, mediana y gran escala en el Tolima, me hicieron comprender la importancia de la institucionalidad que provee el Comité de Cafeteros del Tolima”.
Hoy en día, Gildardo conoce la importancia del producto, ya que siempre hay un mercado dispuesto a comprar el café permanentemente al mayor precio posible, de contado; además todos los temas de la población relacionada al café, el día a día de esta gente y su lucha continua, son algunas de las principales razones de la pasión de este hombre por el café.
Referente a los estragos causados por el flagelo de la violencia en los municipios del Tolima, Gildardo cree que el mayor daño fue la ruptura en el proceso de relevo generacional, ya que actualmente la principal población productora de café está entrada en avanzada edad y son muy pocos los jóvenes que quedaron con la intención de continuar la producción de café y el proceso: “Sin embargo, la Federación de Cafeteros ha construido vías terciarias, instituciones educativas y escenarios deportivos, gracias a lo cual nos hemos convertido en gestores para la comunidad y logramos llegar al corazón de la juventud y adolescencia cafetera, entre otras cosas, con la iniciativa en la marca Juan Valdez que realmente es una estrategia de relevo generacional para consolidar el interés de las nuevas generaciones y los jóvenes en la industria cafetera, una industria que está llena de pequeños productores, que son la esencia misma de la calidad de este exquisito producto en el extranjero”, declara Monroy.
Las Elecciones Cafeteras
Una de las principales fortalezas del gremio cafetero colombiano está basada en su democracia. Es así como cada 4 años se realizan las tradicionales ‘Elecciones cafeteras’, uno de los procesos más importantes a nivel democrático en Latinoamérica. Para esta edición en el Tolima, se encontraban inscritos más de 1.800 candidatos para proveer 28 comités municipales, y el Comité Departamental. El gran reto se dio el 9 de septiembre, día de las votaciones, en el que se tuvo una gran participación en 306 mesas a lo largo del departamento, legitimando así la institucionalidad cafetera.
¿Qué expectativas tiene como líder del Comité de Cafeteros del Tolima?
“Seguimos trabajando y un gran reto es tener el parque cafetero tecnificado, sembrado en variedades resistentes y avanzar en la propuesta de valor de los servicios; aquí tenemos sello y certificaciones como Rainforest Alliance, Comercio Justo, el Código de Conducta 4C y en octubre tendremos una nueva versión de la feria ‘Cafés de Colombia Expo’, donde se realizará el concurso ‘Colombia tierra de diversidad’ en el cual esperamos volver a tener un papel protagónico con los cafés de nuestra región. También seguiremos presentando proyectos con diferentes organizaciones, como el que desarrollaremos por 1 millón de dólares en el norte del Tolima, principalmente en Líbano y Villahermosa y otros proyectos de mejoramiento de vías terciarias. Aun así, el mayor reto sigue siendo consolidar una caficultura sostenible, labor que no ha sido fácil debido a la baja rentabilidad del precio del café, que se da por caída de la bolsa Nueva York”.
¿Cómo se toma el café?
“Para mí, el café primero que todo debe estar fresco, tener una buena temperatura, estar bien seleccionado y se debe tomar sin azúcar ya que este tiene un dulce natural; yo me tomo aproximadamente ocho tazas de café diariamente, pues aparte de darme energía, su sabor es exquisito y tomarse una taza de café es contribuir a que muchas familias que viven en zonas rurales y tienen muchas necesidades, puedan tener la esperanza de una mejor calidad de vida”.
“Ser un niño criado en el campo es un gran factor para la pasión que le profeso al café colombiano; eso, sumado a mi experiencia en varias empresas del gremio cafetero en el Tolima, consolidaron mi amor por este producto”.
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