Dra. Gladys González de Bothe
Psicóloga Clínica
El Planeta Tierra es por ahora, el único lugar donde podemos vivir; por tal motivo, es preciso que modifiquemos la manera de comportarnos para terminar con el enorme impacto negativo que estamos produciendo sobre el medio ambiente.
Todos quisiéramos hacer grandes cambios para que la basura y desperdicios que producimos día a día los humanos sea debidamente reciclada, para que el agua (recurso no renovable), no se desperdicie ni se continúe contaminando, para que los aerosoles dejen de usarse o para que los vehículos y fábricas no emitan gases tóxicos; pero para que eso ocurra, no podemos seguir esperando que el gobernante de turno genere una política estatal al respecto, podría ser demasiado tarde. Para salvar el planeta tierra, cada uno de sus habitantes debemos hacer algo ya, empezando por el entorno inmediato. No solo para las futuras generaciones, sino para las actuales, porque el gravísimo problema lo tenemos encima.
Nos impacta ver vídeos en los cuales una tortuga marina se ahoga por culpa de un pitillo o una cuchara de plástico que ingirió, pero que hacemos al respecto? No es necesario pertenecer a una fundación defensora de animales para que estos utensilios nunca vuelvan a llegar al mar.
Es el momento de empezar por donde toca, por cada uno de nosotros, “en primera persona” como se producen los cambios En positivo reales, cambiando hábitos con los que
PODEMOS DEJAR DE CONTAMINAR.
Por ejemplo: utilizando vasos de cartón y mezcladores de madera para el café de paso o el vaso de agua, llevando botilitos con el agua que se va a consumir fuera de casa, rechazando el pitillo que nos ofrecen con la bebida, evitando el uso de cajitas o bandejas de icopor para transportar alimentos y de manera importante llevando siempre
consigo bolsas de tela o lona para cualquier tipo de compra.
En los países ricos, la mayoría de las aparentemente inofensivas bolsas de plástico acaban en vertederos sin ser tratadas; en los países pobres y emergentes, en la calle y en la naturaleza. Cada año, matan a miles de animales terrestres, aves y, sobre todo, animales marinos. Tardan, según la Fundación Vida Sostenible, 150 años en descomponerse. Gracias a la cultura del “usar y tirar” no sólo ya no se usa el canasto, o la bolsa de la compra, debido a la aparente “comodidad” de las bolsas de plástico, a pesar de que la mayoría se pegan a los dedos hasta casi producir cortes circulatorios, cuando la bolsa va llena. Es algo que ha comprobado cualquiera. Pero estas inconveniencias no parecen perturbarnos.
Las bolsas de plástico desechadas dañan, sobre todo, la vida marina. La descomunal mancha de basura flotante, creada sobre todo con bolsas de plástico (un 80% de la mancha es plástico), que flota en el Océano Pacífico, pesa 3,5 millones de toneladas y se encuentra a la deriva entre San Francisco y Hawaii. Se trata de la llamada Great Pacific Garbage Patch, una mancha que crece imparablemente y permanece en una zona de corrientes circulares que mantiene las aguas estacionarias.
Este continente flotante de bolsas de basura es especialmente dañino para, al menos, 267 especies marinas, que han muerto por la ingestión de estos restos, según un informe de campo de Greenpeace.
Usted puede ayudar a limitar el crecimiento incontrolado de la mancha de basura flotante en el Océano Pacífico.
Datos para pensar :
1-14 meses: Papel, esparto, ropa o género de algodón y lino. Los materiales compuestos por celulosas no son un problema, porque “la naturaleza integra fácilmente sus componentes en el suelo”. El reciclaje de papel es imprescindible y evita usar más madera.
10 años: Tiempo mínimo que tarda en descomponerse un bote de hojalata. Los vasos de plástico (polipropileno) también tardan una década en descomponerse enmoléculas sintéticas.
30 años: Envases de lacas y espumas, cuyo contenido, es responsable del agujero en la capa de ozono.
100 años: Lo que tardan en degradarse el acero y el plástico. En una década, el plástico ni siquiera pierde el color. Algunos plásticos tienen componentes muy contaminantes y que no se degradan (PVC) y la mayoría contienen mercurio. Pueden contener metales pesados muy peligrosos para la vida, incluida la humana, y el sistema nervioso: cinc, cromo, arsénico, plomo y cadmio, que empiezan a degradarse a los 50 años, pero permanecerán durante décadas como agentes nocivos.
Más de 1.000 años: Las pilas. Estas contienen, además, sustancias nocivas para la vida. Deben reciclarse en puestos especializados, debido a su toxicidad. Tiempo indefinido: Botellas de vidrio. Sin embargo, el vidrio puede reciclarse en un 100%. El objetivo, en este caso, consistiría en garantizar la reutilización del vidrio ya creado, en lugar de fabricar vidrio nuevo indefinidamente.
Es el momento de empezar por donde toca, por cada uno de nosotros, “en primera persona” como se producen los cambios reales. Tomemos conciencia y seamos parte de la solución.
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