JUAN ERNESTO SÁNCHEZ BARRETO
Líder Gremial e Inmobiliario
Después de varias décadas de sucesos vergonzosos, actos de corrupción de todas las vertientes políticas en todas las esferas del poder, incluso en grandes grupos empresariales, sentimos que el panorama sigue oscuro y que ocupamos el ranking más alto de corrupción; se pierde la fe en los líderes políticos, en los gobernantes y en nuestra propia sociedad, pero aunque parezca iluso y suene repetitivo, hay que seguir trabajando y luchando por ¡construir un mejor futuro en nuestro país.!
Ibagué no es la excepción, ciudad que ha afrontado muchas dificultades durante las últimas décadas, ya ampliamente conocidas por todos nosotros.
Reafirmo que podemos soñar con un mejor futuro, un futuro con el ibaguereño decente, honrado y solidario, pues en mi interior sigue latente la esperanza y la fe en nuestro arraigo tolimense, en el ibaguereño pujante, trabajador y honesto.
En medio de tanto escándalo de corrupción en nuestro país, hemos olvidado lo básico, la base de toda conducta humana en la sociedad, el respeto, los valores y nos fuimos dejando llevar por las malas noticias y los malos actos, cuando siguen vivas las acciones de muchos de nuestros ibaguereños haciendo trabajo social, comprometidos con los más necesitados a través de corporaciones y fundaciones donde existen personas que dan todo por el otro y sin ánimo de lucro.
Esto nos anima a vislumbrar el día a día de otra manera, volver a buscar la sonrisa en nuestro entorno, poder comprometernos con un saludo de buenos días hacia nuestros compañeros de trabajo, el amoroso abrazo para nuestros miembros de familia, sonreír y apoyar a nuestro colega o compañero de labor, desafiar diariamente la búsqueda de la armonía, las acciones honestas, el vecino solidario y el ciudadano tolerante, paciente y comprometido.
Para soñar que nuestros hijos y nietos tengan raíces y arraigo, y se sientan orgullosos de sus padres, de su entorno, de su terruño, debemos construir desde ya las bases sólidas de una sana convivencia, volver al buen camino, engendrar valores de vida, respeto, no violencia y la actitud positiva que genera la fe de una firme convicción religiosa en nuestro creador.
Estos valores deben contener como prioridad, la equidad, la justicia, la perseverancia, la disciplina, la sana competencia y el cumplimiento de metas para llegar al éxito con enorme sentido de responsabilidad y lograr verlos volar alto sin optar por sendas fáciles, ni pasando por encima de las personas y siempre por las vías legales.
Usted señor lector es protagonista de este sueño, de volver de manera comprometida a mirar con amor su entorno, empezar a ver que hay gente desprotegida en la calle, vecinos y hasta miembros de familia que lo necesitan, que esperan de usted ese saludo, ese abrazo, ese apoyo, esa ayuda desinteresada, que nos permitirá ver cada día, que una buena obra de verdad, hace mejor tu vida y la de los demás. Solo así construiremos sociedad, ciudad y país con gente de bien que espera todo de ti y que se entregan a los demás con generosidad, perseverancia y rectitud; así ¡CONSTRUIREMOS UN MEJOR FUTURO!
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