«Primera mujer cirujana especializada en Cirugía de Cuello y Cabeza del Instituto Nacional de Cancerología»
La medicina, sin duda alguna es una de las profesiones más importantes y de mayor responsabilidad a nivel mundial, pues es a los médicos a quienes confiamos nuestra vida. Siempre esperamos contar con médicos comprometidos, que investiguen y se preparen profesional e integralmente para brindar una mejor calidad de vida a las personas. Este es el caso de Geanny Mogollón Reyes, la primera mujer graduada como Cirujana de Cabeza y Cuello del instituto Nacional de Cancerología. Nacida en Ibagué Geanny Mogollón, desarrolló su carrera en la medicina, trabajó en varias clínicas y hospitales de la ciudad como: Nuestra Señora Del Rosario, Clínica Tolima, Clínica Saludcoop y Hospital Federico Lleras Acosta; actualmente trabaja como cirujana en el Hospital Universitario Clínica San Rafael. Ha realizado publicaciones de artículos de revistas científicas indexadas, también escribió un capítulo para un libro de nutrición en pacientes oncológicos y su último logro, graduarse como la única mujer cirujana de cuello y cabeza.
¿Cuándo supo que quería dedicarse a la medicina?
“Desde muy pequeña sabía que iba a ser médica, mis juegos consistían en realizarles consulta médica a mis muñecas además de procedimientos, las inyectaba y simulaba realizarles cirugías, me gustaba acompañar a mis papas a sus consultas médicas y veía con gran admiración a sus médicos, eran para mí y un superhéroe con bata blanca.”
¿Por qué escogió la intervención de cabeza y cuello?
“Durante la formación como cirujana general, tuve mi primer acercamiento con la cirugía de cabeza y cuello, un área del cuerpo que reta a los cirujanos no solo por su complejidad anatómica si no porque en esta zona se encuentran estructuras vitales aunado a las vivencias de los pacientes que ven no solo afectada su salud por procesos como el cáncer si no que puede afectar su contorno físico, social y familiar, esto te hace ver la cirugía de una manera integral, donde no eres solo el médico que opera o fórmula, si no parte de la familia del paciente, que entiende sus preocupaciones, su dolor y que es capaz de ponerse en el lugar de la otra persona para brindarle lo mejor. Esto hizo que me enamorara y aun lo sigo haciendo de la cirugía de cabeza y cuello.”
¿Qué piensa sobre ser la única mujer egresada de esta especialidad del Instituto Nacional de Cancerología?
“La mujeres a lo largo de la historia, a veces con pasos cortos y otros agigantados, hemos demostrado que tenemos las mismas capacidades que los hombres y podemos desempeñar cualquier oficio o profesión; no se trata de una competencia de género, sino de igualdad, somos pocas las mujeres que decidimos ser cirujanas generales aunque cada vez crece más el número, y de estas las que nos dedicamos a cirugía de cabeza y cuello, pero con estos logros le hemos demostrado a nuestra sociedad y al mundo que no hay límite y podemos ser ejemplo para otras mujeres que decidan hacerlo.”
¿Cuál fue el mayor reto en este proceso?
“¿El mayor reto en este proceso? No podría decir que fue uno solo, porque cada día en tu formación hay uno nuevo, entre otros, el demostrar que en área de la medicina dominada por hombres había espacio para una mujer con igual capacidades, sin predilección de mi género y con la exigencia que se debe de tener, poder ver el cáncer no con sinónimo de muerte sino como de vida y esperanza, lograr aquella empatía con el paciente que te permite ser no solo su médico si no su amigo y el lograr trabajar en equipo, porque no solo somos el profesional que realiza que somos una pieza que conforma un gran andamiaje que tiene como único objetivo brindar a nuestros pacientes lo mejor.”
¿Cree que este logro influirá en más mujeres para especializarse en ámbitos que eran ‘exclusivos’ de los hombres?
“Claro que sí, las mujeres debemos de ser ejemplo para nuestra sociedad, y lograr este título les demuestra que con empuje y tenacidad podemos alcanzar nuestras metas y sueños, que no hay límites.”
¿Qué opina de la educación médica en el país?
“Pienso que los médicos en nuestro país hemos sido afortunados, ya que se tiene un modelo en educación donde se nos permite el contacto desde los primeros semestres de la medicina con los pacientes y con su entorno para evaluar, conocer y dar solución a sus enfermedades y necesidades, nuestra formación y práctica está cimentada en la medicina basada en evidencia, lo que hace que a través de esta metodología podamos trabajar con lo que requiere nuestra sociedad y no solo basarnos en la experiencias de los países más desarrollados.”
¿Cuáles son sus expectativas para este año?
“Lograr consolidarme como una de las mejores cirujanas de cabeza y cuello, obteniendo el reconocimiento de mis pares y mis pacientes, y si tengo la oportunidad, realizar el entrenamiento en cirugía robótica.”
¿Considera emplear sus nuevos conocimientos en la ciudad de Ibagué?
“Siempre he pensado que parte de tu realización como persona y como profesional es poder dar algo de ti misma a la tierra que te vio nacer, y espero si se dan las condiciones poder hacerlo.”
¿Qué consejo le daría a otras mujeres para continuar derrumbando la barrera generacional?
“El ser humano no se debe diferenciar por su género para acceder a un trabajo, todos y todas tenemos igual capacidad de desarrollarnos en la profesión, arte u oficio que nos guste, y ante una respuesta negativa, no podemos darnos por vencidos, al contrario, debe de ser un estímulo para demostrar que, si podemos, que nada nos puede detener y que el límite es el cielo.”
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