La doctora Claudia Chacón, reconocida bacterióloga manizalita radicada en Ibagué y dueña del prestigioso Laboratorio Clínico Especializado Analicemos, nos habló desde su faceta como ser humano, dejando ver esos detalles que muy pocos saben, pero que han hecho que quienes la conocen un poco más, afirmen que es una persona bondadosa, solidaria, excelente esposa, madre, jefe y amiga. Con una calidez absoluta, Claudia nos recibe en su hogar; allí, saboreando un buen café, iniciamos este breve recorrido por su vida en familia, entorno donde se define como una mujer carismática y conversadora que se siente a gusto en su casa: “Soy muy familiar;” afirmó la empresaria.
Para ella, estar al lado de sus seres queridos es lo que más disfruta, lo que los hace ser muy unidos. Su esposo y su hija son su gran prioridad, pues considera que son el motor de su vida. “Me gusta la gente sincera, leal, honesta; no me gusta la mentira, ni el engaño”, puntualizó.
Cuando habla de amigos, dice tener muy pocos, “Tenemos contados a nuestros verdaderos amigos”, comentó. No le gustan las redes sociales, ya que considera que son las causantes de muchos problemas a nivel familiar, ¨ considera que no es bueno ir ventilando su vida personal y familiar a diario como lo hace mucha gente en sus redes sociales, opinó nuestra entrevistada.
Se cataloga como una mujer exigente y perfeccionista, tanto consigo misma, como con sus colaboradores, pero también es una mujer sencilla que ha aprendido a disfrutar su día a día, afirmando que “cada día es un regalo de Dios”. Valora mucho la paz, la tranquilidad y es una apasionada por viajar en compañía de familia y amigos para conocer nuevos lugares y culturas. Le encanta la música, y recuerda su época de universidad cuando trataba de tocar la guitarra y escuchaba la música poética de grandes artistas como Silvio Rodríguez, Facundo Cabral, Mercedes Sosa y otros.
Su casa es el reflejo de sus gustos, donde se respira el arte con sus esculturas y hermosas obras, además de la buena decoración. Sus mascotas hacen parte fundamental de su hogar, y las consiente de la mejor manera. Su comida favorita es el sudado de pollo, pues no come carne roja hace ya más de 20 años; dice “amar el guacamole” y lo disfruta en cada reunión familiar como acompañante, dice que las cosas más sencillas rodeadas de las personas que ama son incomparables.
“Recuerdo mucho el olor al café y a caña de azúcar; tengo en mi mente la imagen de los caballos, porque, aunque vivía en Manizales, mis abuelos maternos vivían en una finca de Arauca e íbamos mucho donde ellos. Mi infancia fue muy bonita y sana. Recuerdo también los juegos en la cuadra y cómo cerrábamos el paso para divertirnos entre amigos. Añoro esos tiempos, más cuando los comparo con la niñez de hoy, donde mucha parte del día la pasan frente a un celular o a un televisor.
También recuerdo mi gusto por la lectura y como leía hasta tres libros por semana en mi época de colegio; era un tiempo muy bonito, de mucho aprendizaje. En cambio, ahora la gente ha olvidado compartir más tiempo en familia, en algunos casos, debido a una afición desmedida por la tecnología.
Sabemos que el vínculo del matrimonio es importante para usted. Cuéntenos sobre su esposo.
“Me enamoré de un hombre coterráneo, risaraldense, con el que he compartido mi vida a lo largo de más de 20 años y el cual es un gran padre. Es contador público especializado en salud, y destaco de él su gran carisma, alegría y el gran amigo, esposo y socio que ha sido para mí, así también como sus facultades culinarias y la capacidad de ser un muy buen anfitrión.
Aunque reconozco que a lo largo de la relación se pueden haber presentado algunos inconvenientes, gracias a Dios hemos podido superar todas las adversidades. Me gusta mucho una frase que le dijo la abuela de Gloria Valencia de Castaño cuando se iba a casar: “Que no se ponga el sol sobre tu enojo”, que en otras palabras es hablar todos los problemas, resolverlos antes de acostarse y no dejar pasar nada, porque con tolerancia y amor todo es posible”.
¿Por qué se inclinó por la bacteriología?
“Yo quería estudiar medicina, pero se me atravesó la bacteriología y como me encanta la investigación me quede. Me encanta mi profesión y nunca he dudado de haberla elegido, y aunque siempre quise ser médica, veo mi sueño reflejado en mi hija, quien ya es profesional en el área y se encuentra en proceso de especialización”.
¿Qué la ha llevado a tener tanto éxito con su empresa?
“El deseo y el amor que uno le pone a todo lo que hace, junto con el trabajo en equipo. Cuando uno hace las cosas de la mano de Dios y de la Virgen, todo sale bien. Soy muy devota a la virgen, creo que es la intercesora ante Dios, que es lo máximo y sin Él, nada es posible. Considero también que la calidad, el profesionalismo y el sentido de pertenencia del equipo de trabajo que te rodea es muy importante para sacar una empresa adelante. Por tal motivo, me siento muy orgullosa de mi equipo de trabajo; siempre ha estado a la altura de las circunstancias”.
¿Qué representó el tiempo de pandemia para usted?
“Una época muy dura, un momento arduo a nivel personal, profesional y familiar. Para mi esposo, para mi hija y para mí, la pandemia fue muy distinta a cómo vivieron esta etapa otras personas, ya que, por nuestra profesión, los 3 tuvimos que estar al frente de la situación en todo momento”.
Para finalizar, esta interesante empresaria afirma que se siente realizada como persona y como profesional. Dice seguir teniendo sueños que espera conseguir de la mano de Dios, pero mientras tanto sigue trabajando para seguir posicionando su empresa como una de las mejores del país, sin dejar de lado su familia, ya que considera que esta es la base de realización de todos sus sueños. Expresa, en medio de su tranquilidad, su satisfacción por saber que ha logrado cosas importantes. Sigue proyectándose para crecer aún más con su empresa, y hace mucho énfasis en que su felicidad es “ver a mi familia feliz”, puntualizó.
0 comentarios