La inoportuna transacción entre Ecopetrol y SierraCol Energy | Daniel Felipe Rueda Grijalba Economista

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05.24.2025

Daniel Felipe Rueda Grijalba Economista

SierraCol Energy es una empresa privada dentro del sector de Petróleo y Gas, encargada de la producción, explotación y distribución de petróleo en Colombia. Actualmente, es el segundo mayor productor de petróleo del país y su participación en la producción nacional de petróleo es apenas del 6% con respecto a Ecopetrol (empresa estatal). Para 2025, Ecopetrol espera producir entre 740.000 y 750.000 barriles de petróleo equivalente por día y SierraCol Energy produce alrededor de 45.000. SierraCol Energy desea vender sus activos en Colombia y parece ser que Ecopetrol es uno de los principales postores de esta transacción.

Si bien su participación en el mercado es limitada, la salida de un jugador independiente como SierraCol Energy—y su posible absorción por parte de la estatal colombiana—tiene implicaciones que van más allá del volumen de producción: en el corto plazo, una compra por parte de Ecopetrol puede llevar a profundizar el poco dinamismo del sector, a limitar la creación de nuevos jugadores independientes y, por qué no, a consolidar una visión de inversión internacional poco positiva. Esto, teniendo en cuenta la mayor parte de la cadena de valor de la industria (servicios petroleros, distribución, entre otros). Esta transacción es simplemente inconveniente—en este momento.

Desde 2022, el sector de Petróleo y Gas ha enfrentado dificultades operativas debido a coyunturas políticas, sociales y a los desafíos relacionados con los campos maduros en Colombia. Como se detalló en la columna anterior—de esta misma revista—, los jugadores independientes (como Parex Resources, SierraCol Energy, entre otros) desempeñan un papel crucial en contrarrestar el bajo dinamismo del mercado.

El papel de los jugadores independientes no se limita únicamente a su independencia respecto al gobierno de turno, sino también a cómo gestionan sus operaciones diarias y sus costos, muchos de los cuales están asociados con la renovación de facilidades existentes y la mejora de la infraestructura. Se destaca, por ejemplo, a SierraCol Energy y su manejo de costos de transporte. Este factor es crucial, ya que les permite a los demás actores de la cadena de valor—como las empresas de servicios petroleros—mantener el dinamismo económico dentro de la industria.

Por otro lado, los jugadores independientes son cruciales para la transición energética. Esta transición tan esperada solo puede materializarse con un balance en las finanzas del sector, proyectos estratégicos e inversiones sostenidas—lo cual difiere de los objetivos de la estatal colombiana en el corto plazo. A pesar de los claros intereses de la nación en energías limpias, Colombia aún necesita inversión en petróleo y gas para garantizar la seguridad energética y mantener estable la balanza comercial del país. Como se mencionó en la columna anterior, se proyecta que los jugadores independientes aumenten sus inversiones en gastos de capital en operaciones de petróleo y gas.

La resiliencia del sector de Petróleo y Gas colombiano en el corto plazo va a depender de que tan diversos sean los jugadores en su mercado; esta diversidad va a ser capaz de ralentizar choques externos y mejorar la capacidad de respuesta ante eventualidades coyunturales. En efecto, la transacción descrita en esta columna es inconveniente no solo por su temporalidad, sino por los impactos en términos de transición energética y sobre la cadena de valor de la industria.

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