“La carta ganadora de Hitos Urbanos para la nueva urbanización de Ibagué”
Miguel Saraiva es un arquitecto y empresario portugués reconocido a nivel mundial; con un Grado en Arquitectura de la Universidad Lusíada de Lisboa, Saraiva es desde el año 2006, responsable del estudio Saraiva & Asociados – Arquitectura y Urbanismo, SA. Este portugués también pertenecía al Comité Organizador del Primer Congreso de la Orden de Arquitectos, como representante de la Sección Regional del Sur de la presente orden, y más tarde fue vicepresidente de la Sección regional del Sur de la Orden de Arquitectos en el periodo comprendido entre los años 1999 y 2001.
Su obra está representada en los distintos campos de la arquitectura y el urbanismo, entre los que se destacan el Campus de la Justicia de Lisboa, el Campus de la Justicia de Oporto, la sede de la Policía Judicial, el puerto recreativo Oeiras y el hospital Beatriz Ângelo. De sus obras en el extranjero, se pueden resaltar el aeropuerto de Guarulhos en Brasil, los edificios de la sede de Forte Banco en Astana, Kazajstán, y el Banco Central de Libia. Hoy, es este gigante de la construcción quien se pone al frente de uno de los proyectos urbanísticos más visionarios y trascendentales de la historia de Ibagué: el Macroproyecto Vilanova.
- ¿Qué le hizo decidirse por la arquitectura?
“Hace 20 años no tenía la noción de lo que era ser un arquitecto, la responsabilidad que esto implicaba, el camino que era necesario recorrer; no tenía la noción de que era una profesión liberal. Entré en el área sin saber cuál era el desafío que iba a afrontar. Actualmente confieso que los primeros pasos de un proyecto son los que realmente me dan el mayor placer, porque si la idea no fuese consistente y diferente, la obra no tendría permanencia en el tiempo”.
- Háblenos sobre sus primeros proyectos.
“Recuerdo los primeros proyectos con muchísimo cariño: El primero que ganamos fue en 1985; un conjunto de casas que consiguió dar consistencia a los primeros años de la empresa. Más tarde, en 2011, logramos nuestra primera obra internacional: El Ryad; un proyecto piloto nacido de la crisis inmobiliaria en Argelia caracterizado por una creciente demanda en los proyectos de habitación; fue un proyecto innovador en un modelo de manzana semi abierta que venía a reformular el concepto de espacio urbano, originando nuevas maneras de habitar el espacio público en ese país. Un concepto de fuerte influencia mediterránea compuesto de 1772 residencias, una mezquita y varios servicios”.
- ¿Cuál ha sido proyecto más ambicioso en su trayectoria laboral?
“No diría que los más, pero sí dos de los más ambiciosos fueron definitivamente el Hospital Beatriz Ângelo y la Sede de la Policía Judicial en Lisboa. La Policía, se trató de un proyecto que comprendía una alta complejidad técnica y especificaciones de uso que nunca antes habíamos trabajado: vidrios a prueba de balas, celdas, espacios con diferentes niveles de seguridad, entre otras. La verdad es que fueron desafíos como estos, los que comprueban nuestra sólida experiencia a través de la diversidad técnica y conceptual, los que nos permitieron ganar la confianza de nuestros clientes, tanto en el sector público como en el privado. De cualquier manera, cada proyecto es diferente y si acepto nuevos desafíos es porque realmente tengo la voluntad de hacerlos”.
- ¿Por qué decide traer una de sus obras a la ciudad de Ibagué?
“Nos invitaron a participar en el proyecto hace unos años y vimos el gran potencial de desarrollo de la ciudad, así como una oportunidad para que se diera a conocer la oficina en otras zonas del país”.
- ¿Qué conceptos tuvo en cuenta para el diseño de Vilanova?
“La idea original fue siempre darle a la gente un espacio de convivencia y de encuentro con sus vecinos. Por eso, se plantea una gran zona central donde pasaría todo. Con este fin es que la disposición de las torres pretende formar una zona central a manera de claustro donde la actividad comunal se desarrolle. En cuanto a la arquitectura de las torres, estamos planteando que sea lo más confortable adaptándose al clima y a las características locales”.
- ¿Cómo llegó la idea para la estructura de Vilanova?
“La situación del proyecto es muy particular. Se encuentra dentro de un macroproyecto que se plantea en una zona muy importante de la ciudad donde se desarrolla una actividad comercial grande y en donde se encuentran muchas zonas de servicios; en general una zona muy concurrida. El macroproyecto, como sus promotores lo exponen, pretende cambiar la cara de esa zona articulando zonas de comercio, pretendiendo darle algo extra a la ciudad. Es ahí, en donde el promotor vio una oportunidad en invitarnos a participar en el desarrollo del proyecto y en donde podemos aportar una mirada diferente al planteamiento”.
- El proyecto se enfoca en la apertura de espacios en su núcleo, ¿Por qué se deciden por esta tendencia?
“Creemos que unir el espacio libre en una zona central tiene muchos beneficios. Entre los cuales nos interesa destacar la interacción de las personas. Creemos que si proyectamos lugares de encuentro dándoles a las personas la posibilidad de conocerse, podemos aportar a que la convivencia del proyecto sea mejor. Para esto, consideramos apropiado que esa zona central fuera el corazón de la vida comunal del proyecto y en donde el proyecto se articulara”.
- ¿Qué trae de innovador este proyecto respecto a otros diseños de la ciudad?
“Todos los proyectos son diferentes; partiendo de la base en que el lugar y la situación urbana es distinta en todos. Hemos hecho mucho énfasis en las zonas comunales. Creemos que el planteamiento del proyecto no se limita a darle al residente un buen lugar para vivir, sino una gran cantidad de zonas complementarias que se articulen, para que la experiencia de vivir en ese sitio y con esas condiciones de ciudad, sea inmejorable”.
- ¿Dónde está la firma “Saraiva” en este macroproyecto?
“En cuanto al Macroproyecto, es una iniciativa de los dueños de la tierra que quieren darle algo adicional a la ciudad más que desarrollos inmobiliarios. Nos invitaron a proyectar el espacio público; un Bulevar que conecta el Centro comercial ‘Multicentro’ con el Centro comercial ‘La Estación’. Este espacio público se convierte en el eje articulador del macroproyecto. Ahora en esta fase, estamos desarrollando la primera manzana de este con lo que se pretende dar una visión de arquitectura diferente a la que el ámbito local está acostumbrado”.
- ¿Cómo logró la armonía entre cada una de las etapas del proyecto?
“Plantear un proyecto por etapas siempre es un reto; hay que pensar en la globalidad del proyecto siendo conscientes que es un desarrollo por partes y estas tienen que ser autosuficientes. Cuando se tiene una idea general muy fuerte, es más fácil que sus partes funcionen. Para esto la zona central, como articulador del desarrollo, funciona muy bien”.
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