Viena

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Por Editor Mundo Empresarial

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09.05.2016

“La cuna de la Ópera, la arquitectura y el glamour europeo”

En la antigua y misteriosa Europa Central, a orillas del Imponente Danubio y al pie de las primeras estribaciones de los Alpes, se encuentra la ensoñadora Viena, conocida por ser la capital de Austria y de la Opera a nivel mundial.

La capital Austriaca tiene una larga historia, ya que es una de las más antiguas capitales de Europa; debido a esto, cuenta con un importante patrimonio artístico y cultural. Durante el siglo XIX fue una de las grandes capitales musicales del mundo, así como uno de los principales centros culturales mundiales. Actualmente, Viena posee el primer lugar dentro de las listas de calidad de vida de ciudades del mundo, básicamente debido a su orden, limpieza, seguridad y alta eficiencia de los servicios públicos, así como por la variedad de opciones de educación, cultura y entretenimiento.

Antes de viajar cerciórese de solicitar su visa en la embajada austriaca (Colombia es de los pocos países en Latinoamérica que aún necesitan visado) y de tener todos sus documentos en regla. Debido a que en Austria la moneda oficial es el Euro y el idioma madre es el alemán, asegúrese de por lo menos tener un inglés fluido y algunas expresiones básicas.

El alojamiento en esta hermosa ciudad europea es tan diverso como el de los mejores destinos turísticos del planeta; pese a la gran cantidad de hostales multiculturales en el área de los museos, una de las mejores zonas a la hora de buscar alojamiento en Viena, es en los alrededores de la catedral. Esta es la zona más animada de la ciudad, la arquitectura es ensoñadora y en cada esquina encontrará buenos restaurantes. Ahora, si bien al pensar en la comida austriaca las salchichas y tartas de chocolate saltan a nuestra mente, la cocina vienesa es mucho más rica y variada gracias a las influencias de vecinos como: Hungría, Alemania, República Checa e Italia.

Una vez sentado y con el menú enfrente, le convendría ordenar algo típicamente vienés como la Wiener Schnitzel, que es un escalope de ternera empanado, normalmente acompañado de una ensalada tibia de patata; sin embargo, si lo que quiere es dejarse llevar por la emoción de nuevos sabores, el Tafelspitz, una tierna carne de buey cocida con verduras, vinos y especias aromáticas, es lo que usted necesita.

La Catedral de San Esteban

Es el símbolo de Viena; en el siglo XII se comenzó a edificar y hoy en día, es el edificio gótico más significativo de Austria; cuenta con 4 torres pero la torre sur es la más alta, con 136,44 metros. Después de subir 343 escalones, se llega al salón de la torre, desde el que disfrutará de una vista soberbia de la ciudad. Tiene un total de 13 campanas. La campana más famosa de la Catedral de San Esteban, Pummerin, está situada en la torre norte a 68,3 metros de altura. Caminar por estos muros ancestrales realmente crea una conexión con la historia, tanto para los conocedores como para los menos expertos en el tema.

La Ringstrasse

Es una avenida circular que rodea el centro de Viena separando los barrios del Hofburg y Stephansdom del resto de la ciudad. Esta avenida acoge gran parte de las obras arquitectónicas más significativas de la ciudad y recorrerla es un placer visual del cual no debe privarse; las luces y el bullicio, acompañan cada metro de esta prestigiosa avenida en la que se construyeron numerosos edificios como el Palacio Real Hofburg, el Ayuntamiento, la Bolsa, el Parlamento, el Burgtheater, la Iglesia Votiva, la Universidad y el Museo de Historia del Arte.

Ópera de Viena

La Ópera Estatal de Viena es la compañía de ópera más importante y conocida a nivel mundial, además de constituir el centro neurálgico de la vida musical vienesa; le advertimos que este espectáculo aunque legendario, no debe ser inalcanzable, pues en el caso de la Ópera de Viena, pese a que las mejores butacas suelen costar a partir de 150€ (poco más de 450.000 COP); también hay posibilidades de comprar entradas para verla de pie por 3 y 4€; Aunque la desventaja de las entradas más rentables (además de no tener asiento) es que hay que hacer fila, la experiencia musical es tan extraordinaria que vale cada euro y minuto invertido.

Salen las estrellas y Viena cuenta con una vida nocturna asombrosa; la cantidad de clubes y locales pequeños, así como bares con DJ’s, acompañados de cientos de inesperados sitios al aire libre, hacen de la noche vienesa una experiencia cargada de adrenalina para los sentidos. Un claro ejemplo de esto es el Praterdome, que cada jueves, viernes y sábado abre sus puertas a los noctámbulos mayores de 18 años; en 2 plantas se encuentran 4 pistas de baile y doce bares temáticos que ofrecen variedad. En lo que se refiere a la música, tampoco se queda ningún deseo sin satisfacer: desde house, electro, trance, R&B y soul, hasta música de los 70, 90, latina y salsa.

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