“Unas manos prodigiosas y una mente excepcional”
La destreza y armonía con la que sus manos danzan a lo largo de las 88 teclas del piano de cola de su estudio mientras sus ojos se cierran, es la prueba más fehaciente del poder de la música en los seres humanos y del talento indiscutible de Juan Carlos López Peña.
López nació en Ibagué en 1988 y recuerda como su primera experiencia musical, ver a un pianista durante una novena de navidad cuando tenía aproximadamente seis años; recuerda cuan virtuosas eran sus manos moviéndose a través del instrumento. Al ver esto, su madre le regaló un teclado, herramienta pequeña e incomparable con la complejidad de un piano, pero que reafirmó su gusto por este instrumento. Inició estudios a los catorce años en la Escuela de Música del Conservatorio del Tolima, bajo la estricta guía del Maestro Carlos Ceballos, con quien entabló una relación muy fuerte entre profesor y alumno, a tal punto que las prácticas eran a diario y Ceballos trataba de introducirlo lo más posible al mundo de la música, influyendo mucho en la pasión que hoy en día tiene Juan por el piano.
En el año 2005, ingresó al Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia, fue calificado con el máximo puntaje de la Universidad Nacional de Colombia en 2010, continúo estudios bajo la tutoría de la maestra Piedad Pérez. Tras finalizar sus estudios de pregrado, ingresa a la Maestría en Pedagogía del Piano bajo la tutoría del Maestro Mac McClure, con quien culmina estudios con honores en 2015. Ha recibido clases con Maestros de la talla de Miguel Ángel Scebba, Abraham Abreu, Vladimir Alkalai, Teresita Gómez, Vaclav Pacl, Martha Zabaleta, Harold Martina, Katia Michel y Blanca Uribe.
Paralelo a los estudios de piano, empezó formación de órgano bajo la tutoría del Maestro Mauricio Nasi, fortaleciéndose como concertista de órgano en los talleres y clases magistrales dictados por los Maestros Pascal Marsault, Crhistian Schmitt, Theo Brandmulle y Wolfang Seifen. En el año 2006 debutó como solista en la final del Concurso de Interpretación Musical del Centenario del Conservatorio del Tolima. Actualmente y paralelo a su carrera de docente y Director del Programa de Piano del Conservatorio de Música del Tolima, lleva a cabo un proyecto llamado “Toca 88”, mediante el cual se llevan a cabo diversos recitales de piano a diferentes municipios y lugares del país, donde no se tiene la oportunidad de apreciar esta música.
¿Por qué se deciden por incursionar en el instrumento del Órgano?
“Mi pasión por este, inicia prácticamente por un CD que compré cuando tenía 15 años de edad; era de Johann Sebastian Bach. Lo escuche y fue una experiencia sobrenatural. Escuchar tales sonidos maravillosos me sorprendió, pues no creía que un instrumento pudiera hacer algo así; quedé fascinado. Por eso, cuando llegue a la universidad tomé cursos libres que ofrecían de órgano e inicié una doble vida durante mi carrera, ya que tenía perfil de pianista y organista. Sin embargo, el Órgano se convirtió en un amor prohibido para mí, debido a que no podía continuar con ambas carreras. Pese a que como organista di muchos conciertos en Bogotá, incluyendo mi trabajo como organista principal de la Catedral Primada, me decidí finalmente por el piano”.
¿O sea que cualquier persona puede tocar el piano?
“Exactamente, esa es mi filosofía; lo que he aprendido a lo largo de mi carrera es que se puede tocar piano a cualquier edad desde que haya disciplina, determinación y amor por el instrumento. Es más: yo creo que he tenido momentos determinantes en mi vida gracias al piano; cuando mi madre falleció a mis 16 años de edad, me refugié totalmente en el piano y creo que puedo decir que este instrumento salvó mi vida.
Alguna anécdota curiosa que recuerde?
“Durante mi debut como solista en el Concurso de Interpretación Musical por el Centenario del Conservatorio en Tolima, recuerdo que la final incluía tocar junto a una orquesta. Como nunca había vivido una experiencia así, recuerdo estar muy nervioso, tanto, que no recuerdo haber salido del auditorio ni haber realizado la venia, pero fue una experiencia increíblemente grata”.
Hablemos del proyecto toca 88
“Buscamos incentivar a jóvenes, personas de la mediana edad, y adultos a incluirse en el Conservatorio en nuestros cursos de piano; también llevamos un repertorio para piano a diversos lugares del departamento dónde está música no es muy conocida, debido a su difícil acceso o lejanía. Durante este año con el Conservatorio del Tolima, hemos estado en diferentes municipios y veredas, donde he dado aproximadamente 10 recitales y he incentivado la pasión por el piano”.
En este punto de su carrera, ¿A cuál de sus maestros considera que se parece más en el método de enseñanza?
“Como dije, uno acapara algo de cada maestro, pero mi último Maestro, que fue Mac McClure, tutor durante la maestría, fue quien me ayudó a ser bastante versátil y ágil a la hora de resolver problemas. De modo que creo que me parezco en cierta medida a su forma de enseñar. Ser conciso, y no alargar innecesariamente los temas.
¿Cuál es la melodía que más disfruta interpretar?
“¡Es una pregunta muy difícil! (risas), a lo largo de mi carrera he conocido un gran repertorio, y aunque hay obras que siempre se tocan más que otras, ha sido una obra que me ha cautivado y que fue la que me llevó a la final del Concurso del Centenario el Conservatorio: Appasionato Op.39 No.5 de Rachmaninoff. Lo aprendí a los 17 años y nunca se me olvida”.
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