Dra. Gladys González de Bothe
Psicóloga Clínica
Una de las necesidades más importantes del ser humano es la necesidad de ser amado. Sin embargo, expresar el afecto a otros de manera adecuada, es todo un desafío, ya que cada uno de nosotros da y recibe el amor de diferente manera.
Hoy día muchos de los problemas que afectan nuestras relaciones a nivel de familia, pareja o amistades están relacionados con la forma de expresar nuestro afecto; no sabemos cómo expresarlo, lo hacemos solamente de la manera que hemos aprendido o como nos gusta a nosotros recibirlo. Para muchos, dar y recibir regalos constituye la principal forma de expresar afecto; sin embargo, existen otras formas de expresar el amor y el afecto en general.
Se podrían resumir en 5, los lenguajes o formas para expresar el afecto a otras personas: palabras de reconocimiento, tiempo de calidad, contacto físico, actos de servicio y regalos.
Una vez que sepamos identificar cual es el lenguaje con el que las personas se sienten queridas o amadas y, muy especialmente, con quienes nos relacionamos, estaremos preparados para mejorar nuestras relaciones con ellas. Esto es un trabajo de crecimiento personal que nos aportará muy buenos resultados a nivel interpersonal.
Aprender a hablar los 5 lenguajes para expresar afecto y comprenderlos, nos ayudará a ser mejores personas, mejorar las relaciones interpersonales, alcanzar nuestro potencial y dejar un impacto positivo en las personas que nos rodean.
Cada uno de nosotros tiene uno o varios lenguajes dominantes, el poder reconocerlo e identificar el de otras personas nos va a permitir hablar un mismo idioma; por el contrario cuando no conocemos la forma como otra persona le gusta que le expresen el afecto nuestra comunicación estará bloqueada y no estaremos hablando el mismo idioma.
Las palabras de reconocimiento son aquellas palabras que utilizamos para dar apoyo a la otra persona: “Hiciste un buen trabajo, gracias por ordenar tu habitación, qué haría yo sin ti, ese vestido te queda estupendo, eres una buena amiga”. Hay miles de formas de expresar reconocimiento con palabras, estas pueden enfocarse en el comportamiento de la persona, en su apariencia física o en su personalidad.
Por otra parte, el tiempo de calidad implica darle a la otra persona toda la atención, es compartir una actividad en donde la acción misma no será lo más importante sino el pasar tiempos juntos. Estando presentes con todos los sentidos (no mirando simultáneamente un aparato electrónico ni ausentes con la mente en otro lado). Cuando damos tiempo de calidad, estamos dando una parte de nuestra vida.
Así mismo los regalos son una expresión universal de afecto, los regalos dicen: “él/ella está pensando en mí”. Todo el mundo aprecia los regalos pero para algunas personas los regalos son su lenguaje de afecto principal, nada los hace sentir más amados que cuando reciben un regalo.
Los regalos vienen en todos los tamaños, colores y formas, algunos costosos y otros no cuestan nada, para aquellos cuyo lenguaje principal de afecto es recibir regalos, el costo del regalo importará poco. Para todas las personas en general, el monto del regalo no debería ser lo más importante, pues un regalo es, en su esencia, una expresión de afecto.
Otra forma de expresar afecto son los actos de servicio, los cuales hablan más alto que las palabras, este dicho es cierto para las personas cuyo lenguaje de amor principal son los actos de servicios. Hacer algo que a la otra persona le agrada que usted haga por él o ella es una expresión de amor. Preparar una comida, llevar al niño al fútbol, lavar el automóvil. Para las personas cuyo lenguaje principal de amor son los actos de servicio, las palabras pueden parecer vacías si no vienen acompañadas de acciones o actos de servicios. En las relaciones familiares los “actos de servicio” podrían traducirse como “actos de amor”, así, si una mamá se levanta a las dos de la mañana a poner el termómetro a su bebé con fiebre, ese no será un sacrificio sino un “acto de amor”. De la misma forma, si un esposo acompaña a su esposa de compras, o le lleva un juguito a su sillón, este no sería un sacrificio sino un “acto de amor”.
Finalmente, el contacto físico es un excelente lenguaje con el que comunicamos afecto, a través de las caricias, los abrazos, los besos y los “toques mágicos” que pueden ser un simple contacto de manos o una mano sobre el hombro del otro. Prueba del maravilloso efecto del contacto físico, es la evidencia de que los bebés que se cargan, abrazan y besan, desarrollan una vida emocional más saludable que aquellos a quienes se les deja durante largos periodos sin tocar.
Tenemos muchas formas de expresar el afecto a las personas que amamos, entonces no dejemos pasar los días, las semanas y los años sin hacer sentir a esos seres queridos nuestros más profundos sentimientos.
Navidad es una época de dar y recibir, no la dejemos pasar sin expresar con un abrazo, un acto de servicio o acto de amor, una palabra, un reconocimiento o un momento especial, esos maravillosos sentimientos que todos tenemos posibilidad de brindar. Recibamos con alegría, humildad y gratitud todo lo bueno que nos ofrecen las personas que nos rodean.
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