“Calidad y tradición desde 1944”
Edgar Fernando Barrios Vázquez, es un Administrador en Hotelería de la Corporación Coruniversitec, ibaguereño de nacimiento, quien al día de hoy es uno de los líderes de uno de los negocios más autóctonos y reconocidos en la región: la Salsamentaria Tovar, artífice del famoso “salchichón del Líbano”. Mucho antes de siquiera pensar en la salsamentaria que maneja hoy día, Edgar recuerda que su primer trabajo de juventud fue irónicamente, vender salchichón del Líbano.
Felizmente casado con Olga Patricia Tovar Vargas, quien a su vez se desempeña como dueña del establecimiento Salsamentaria Tovar, y quien es heredera de la fórmula para este codiciado producto, que ha llegado a ser reconocido a lo largo y ancho del país. Esta pareja de empresarios tiene cuatro hijos, todos ya graduados, quienes estudiaron carreras afines a esta empresa y hoy en día, ya se encuentran trabajando en el negocio familiar.
Háblenos de su empresa y cómo nació la idea
EFBV: “El negocio Salsamentaria Tovar nació el 1 de Abril de 1981 en la ciudad de Ibagué, en la carrera 2ª entre calles 9ª y 10ª, donde aún está, después de 36 años de funcionamiento. Nace como una idea de negocio por el matrimonio conformado entre el Orlando Tovar y Dora Vargas de Tovar; todo surgió debido a que el señor Orlando Tovar es familiar de los dueños de la fábrica de Salchichón Tovar en el Líbano, que siempre ha estado fuertemente enlazada con el negocio de la salsamentaria.
La fábrica de salchichón Tovar nace en el Líbano en 1944 por parte del señor Rafael Tovar Acosta y la señora Elisa moreno de Tovar; ellos tuvieron nueve hijos y todos trabajaron en la fábrica, que siempre se mantuvo estrictamente familiar. Cada uno de sus hijos aprendió la formulación para la preparación especial del salchichón Tovar, producto que de manera muy coloquial, las personas en el Líbano empezaron a llamar “salchichón del Líbano”. Es un producto que nació hace 73 años en el Líbano, Tolima y en el año 1981, uno de los hijos del señor Rafael Tovar, Orlando, decide venirse para Ibagué con su esposa y sus tres hijos a ensamblar su propia fábrica de salchichón en la ciudad, lo que quiere decir que todo el salchichón que ha sido consumido en la ciudad de Ibagué desde ese año, no ha sido traído del Líbano, sino que ha sido elaborado en la planta de producción ibaguereña. Hoy en día, la salsamentaria, la fábrica y la distribución de salchichón en el Espinal y Girardot, así como la venta los hipermercados, está a mi cargo y de Olga Patricia Tovar Vargas, nieta de don Rafael y esposa mía”.
¿Cómo se da el proceso de cambio de imagen del salchichón Tovar?
EFBV: “Siempre se trabajó mancomunadamente el mismo sello que llevaba el salchichón de la fábrica del Líbano con el aval del señor Rafael Tovar Acosta; sin embargo, desde hace 17 meses, la fábrica de salchichón de Ibagué se diferencia de la del Líbano en la etiqueta. Las dos fábricas tomaron la decisión de independizar su imagen; actualmente la fábrica del Líbano es manejada por dos hijos del señor Rafael Tovar Acosta, fallecido en el año 2002, y quienes le compraron a su padre la fábrica en vida. En la actualidad, la fábrica de Ibagué maneja una etiqueta con el nuevo logo, que es un molino para carnes antiguo, el cual simboliza el molino con el que comenzó el señor Rafael Tovar Acosta a producir el salchichón en 1944; este tiene en su interior las letras SDL que significa ‘Salchichón del Líbano’. De hecho aprovechamos como la gente lo llama genéricamente, pero ante la superintendencia de Industria y Comercio está registrado como SDL”.
¿Por qué deciden crear una fábrica en la ciudad?
EFBV: “Nació como una forma de traer el producto del Líbano a los ciudadanos de Ibagué; sin embargo, hoy en día, se han implementado 15 productos más y la salsamentaria Tovar en su planta de producción elabora al día de hoy 16 productos: salchichón de res, de cerdo, y de pollo, chorizos de cerdo y pollo, cábanos, toda la línea de jamones y cinco tipos de carnes de navidad que son hechas de forma 100% casera”.
¿Cómo fue su trayectoria en el negocio de familia?
EFBV: “Tras contraer matrimonio con Olga en Agosto de 1988, entro a ser parte de la empresa como vendedor tienda a tienda; en el año 90, el señor Orlando Tovar al ver nuestro entusiasmo por el negocio, nos propone a su cuñado Fernando Augusto Vargas, a mi esposa y a mí, tomarlo en administración: la salsamentaria con la planta de producción y toda su distribución. A mediados de la década de los 90, Fernando Vargas decide retirarse y la salsamentaria queda únicamente en manos nuestras; desde ahí hasta el día de hoy, ha estado bajo nuestro control y desde ese momento, implementamos la creación de los otros productos. Somos supervisados desde hace ocho años por el INVIMA y toda nuestra gama de productos está aprobada por este”.
¿Cuáles son los mayores retos presentados en este negocio?
EFBV: “Este negocio de salsamentaria, al igual que todos los negocios, se presta para que se bajen los costos y así mismo la calidad del producto; nuestra plusvalía radica en que el nuestro es un producto que se está haciendo con los mismos estándares altos de calidad desde hace 73 años, un método reconocido que ninguna otra salsamentaria o ingeniero de alimentos es capaz de replicar”.
¿En qué radica esta diferencia?
EFBV: “Nosotros contamos con la ventaja que el abuelo de mi esposa, hizo un producto totalmente diferente a lo que cualquier persona haría: primero que todo, nuestro producto se elabora 100% con carne de res; no lleva ningún químico, aditivo, colorante o emulsificante como sí lo llevan los productos de otras marcas, simplemente va adobado con comino, sal, pimienta y ajo; Segundo, que es carne molida y asada al horno. Es un proceso que a simple vista parece fácil, pero que durante 73 años ha sido perfeccionado para dar con una receta única. Nuestros clientes se benefician para empezar, ingiriendo algo que es puramente proteína, no dejando entrar en su cuerpo, químicos nocivos y además, es el único salchichón en Colombia que se asa al horno; los demás salchichones son cocinados. Ésos son los tres plus que tiene el salchichón Tovar, plusvalías inimitables; he visto casos en los que otras marcas han llevado muestras de salchichón para que sus ingenieros de alimentos lo examinaran y trataran de elaborarlo, pero no pudieron; porque es un salchichón supremamente artesanal, mientras que todo lo demás hoy en día es industrializado. Si ustedes van a la planta de producción, nosotros contamos con un molino para carnes, una embutidora y un par de hornos; esa es toda nuestra maquinaria. Nuestra fábrica siempre ha sido es y será artesanal por qué no necesitamos más para hacer las cosas bien”.
¿Qué cree que es lo más importante para hacer una buena empresa en familia?
EFBV: “Que haya siempre una cabeza; porque las empresas familiares siempre se van a pique porque todos quieren ser caciques y ninguno quiere ser indio. Debe haber siempre una mente que lidere, que dirija y otros dispuestos a seguir ese camino, a poner lo mejor de su parte. Diría que es como un juego de ajedrez, donde está el rey y la reina que son quienes lideran al grupo y de ahí en adelante hay alfiles, torres, caballos, peones que son diferentes fichas y que si bien no son las principales, son de igual importancia debido a su labor y a su participación. Actualmente, la salsamentaria Tovar está en su tercera generación; la primera generación la compuso don Rafael Tovar Acosta, la segunda generación Orlando Tovar Moreno, la tercera generación Patricia Tovar Vargas y la cuarta generación, si Dios lo permite, son nuestros hijos, a quienes desde ya, debemos orientar y formar, para más adelante decidir quién va hacer el líder de la empresa durante esta generación”.
“El nuestro es un producto que se está haciendo con los mismos estándares altos de calidad desde hace 73 años”.
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