Laura Inés Castro Cortés – Abogada Gerente R.P.T S.A. – laurainescastrocortes@yahoo.es
En un mundo globalizado las ciudades son las protagonistas y su clima para hacer negocios cobra importancia, porque se conjugan factores determinantes y diversas variables para posicionarlas como las de mejor o peor clima para negociar.
Los negocios son el punto de partida para la dinámica social y económica en una ciudad. Estos son directamente proporcionales a la innovación, la competitividad, el emprendimiento y los avances tecnológicos que allí se visualicen.
Las miles de energías y sinergias que le dan sus habitantes a una urbe, la convierten en un ser viviente, capaz de mostrarse fácil y amable para vivir, pasar una temporada o emprender actividades allí. A pesar de las barreras culturales o geográficas existentes, el clima para hacer negocios a la final viene siendo el mismo, porque mezcla el talento humano, los componentes sociales, económicos y culturales de cada región, para lograr un objetivo específico: Hacer negocios, generar riqueza y prosperidad.
¿Tiene Ibagué clima para los negocios? No es fácil dar respuesta a esa pregunta. Porque a pesar de que estudios y encuestas unas veces la han ubicado en aceptable posición, la última información es que estamos pasando por un mal momento para generar buen clima. Vemos porque: Rezagados y quedados en Innovación y competitividad. La vocación tambalea, no logramos empoderar la marca Ibagué ciudad musical. ¿Será turística? Está por verse.
Y es que definida la vocación Ibagué podría tener un atractivo singular de negocios en torno a la música. Igual ocurriría si los lugares icónicos e históricos estuvieran preparados, perdón si algunos todavía existirían, para convertirse en atractivo cultural, deportivo o educativo. (Panóptico, Parque Deportivo, Estadio Manuel Murillo Toro, Piscinas Olímpicas, Conservatorio de Música, Museo de Arte del Tolima, todos y cada uno de los inmuebles y monumentos que conforman nuestro patrimonio histórico, cultural y arquitectónico).
No se puede circunscribir el clima de negocios a la facilidad de hacer transacciones, como las de pagar impuesto, registrar una empresa, lograr permisos o licencias, porque en la medida que se logran avances tecnológicos, todas esas diligencias ya se pueden hacer desde un teléfono o computador y desde cualquier lugar del mundo.
Una ciudad es atractiva para los negocios en la medida que tiene las facilidades reales o virtuales para hacer y concretar diligencias, pero también porque es amable con el futuro inversionista, al asegurarle que a su negocio los clientes podrán desplazarse fácilmente, porque el buen estado de las vías así se lo permitirá. La seguridad ciudadana es determinante para generar buen clima en los negocios.
Generar clima de negocios, aleja muchos males. Por ejemplo la desigualdad, la pobreza y la miseria. El clima para negociar lo generan sus protagonistas políticos, con las adecuadas o justas cargas tributarias y con el cumplimiento de sus programas de gobierno. La clase empresarial y dirigente apostándole a estrategias de crecimiento industrial o comercial de rentabilidad económica, para compensarlas con una acertada responsabilidad social.
No se podía quedar por fuera el fenómeno de la corrupción, que según los informes de los organismos especializados, enrarece y entorpece el clima para los negocios de manera dramática. En Ibagué ni mencionarla. Tiene nombres y apellidos propios.
Mientras tanto seguiremos conformes en el engaño de la ubicación geográfica, como la gran oportunidad para alcanzar un ranking de ciudad intermedia con buen clima para los negocios y muchos otros beneficios. Mentiras. Probado está que lugares menos favorecidos en la geografía mundial, son ricos, dinámicos y prósperos.
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