Juan Ernesto Sanchez Barreto, Líder Gremial e Inmobiliario
La vivienda es un patrimonio tangible para prosperar, la construcción corresponde a una actividad económica, que suma las edificaciones y las obras civiles. De ahí el esfuerzo privado e institucional enfocado a disminuir la pobreza social y patrimonial de los ibaguereños, combatir el hacinamiento, prevenir la violencia con dotación de áreas sociales de recreación y deporte y dotar de vivienda con sistemas incluyentes de vida a todos y cada uno de nuestros conciudadanos, en sectores céntricos de Ibagué, pues las personas de menores estratos no tienen que cargar con el lastre de vivir siempre en la periferia y en condiciones sociales de hábitat restringidas.
En el contexto nacional, el mercado potencial de vivienda es cercano a los 300.000 nuevos hogares por año a pesar del marcado deterioro de las cifras en los años 2016 y 2017. A este tiempo hemos tocamos fondo como lo manifiesta el área de investigaciones económicas de Bancolombia. Ibagué no es la excepción en ese mismo receso económico pero a su vez contradictoriamente se denota un entusiasmo y aumento en proyectos de gran calado que se visionan a corto y mediano plazo.
Para Ibagué es el momento oportuno de focalizarnos en la construcción de vivienda de interés social y prioritario con una visión incluyente para nuestros ibaguereños de estrato uno, dos y tres que puedan contar con entornos amigables, seguros que incluyan espacios y áreas sociales con terminados y acabados, muchas áreas comunes y una ubicación céntrica que le aporten armonía y calidad de vida a las familias ibaguereñas.
Es así como debemos contar con constructores e inversionistas para que evalúen este tipo de construcciones en áreas de la ciudad, que hoy son espacios abandonados, en otros casos adecuados para embellecer ciertas zonas y en unos contados casos tierra reservada para población de alto poder adquisitivo. Sitios que harían parte de los proyectos sociales con altura, porque debemos acabar con el estigma de vivienda en la periferia para la población más vulnerable de nuestra ciudad.
Por otra parte, vemos que la asequibilidad de la vivienda aumentará, con la baja de las tasas de interés y los subsidios del gobierno a la demanda, también retoma una tendencia positiva en el mercado local y refuerza lo anterior, que ciertamente el sector inmobiliario en el país se ha venido consolidando como instrumento de política pública, de política crediticia, de formación patrimonial y de estabilidad de inversión generando competitividad y mejoramiento en la calidad de vida de todos los colombianos.
Desde esta columna seguiremos pendientes de los avances sociales, culturales y de infraestructura de la ciudad, para poder afirmar que hay ¡VIVIENDA INCLUYENTE EN IBAGUÉ¡
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