María Eugenia Grijalba
¿Cómo puedo ser un buen político?, es la pregunta que debería formularse cada uno de los candidatos aspirantes a los cargos para desempeñarse como autoridad política regional.
Se dice que un buen político debe generar confianza sobre su electorado, ser honrado, competente, debe tener coherencia entre su discurso político y su plan de gobierno, pero sobre todo, tener como misión principal su gestión al servicio de la comunidad y para nada, el aprovechamiento de su cargo en beneficio propio como es lo acostumbrado por muchos de los políticos de nuestro país, quienes generalmente meten la mano en los presupuestos del gobierno, favoreciendo en contrataciones a familiares y amigos como pago por favores recibidos.
Un buen político debe vibrar por su región y luchar día a día para que la misma sea un referente a nivel nacional, un ejemplo para las otras administraciones municipales, como es el caso de ciudades como Bucaramanga, Medellín y Barranquilla.
Ahora que hay un alto descontento y bastante desconfianza por parte de la ciudadanía sobre el sector político de la región, es precisamente cuando hay que tomar partido en el futuro de nuestra ciudad, que a lo largo del tiempo ha tenido que pasar por administraciones que en vez de jalonar el progreso para la región, por el contrario, hacen deslucir nuestra querido territorio tolimense.
Si bien es cierto, que llevamos años pasando de mano en mano de políticos a quienes les ha faltado liderazgo, creo que también tenemos responsabilidad en aspectos como la falta de participación en las elecciones, y sobre todo, la ausencia de memoria al elegir uno tras otro a personajes de padrinos políticos, que han hecho daño al departamento.
¿Por quién votar?, ¿Por una nueva imagen o por alguien que tiene trayectoria?. En cualquiera de los 2 casos puede haber una opción; pero por ejemplo, si político que tiene trayectoria viene acompañado de un pasado de corrupción, que se puede esperar.
Los ciudadanos debemos pensar cómo afectaría nuestra vida si queda electo el candidato por el cual vamos a votar, analizar qué tanta capacidad e idoneidad ha presentado en sus cargos anteriores, conocer parte de su experiencia en el pasado; esos aspirantes a los diferentes cargos políticos, deben estar a la altura de esa gran oportunidad y tremenda responsabilidad, que está recibiendo al manejar el destino de nuestra región.
La invitación a todos los ciudadanos es a que votemos a conciencia y por convicción, y a los candidatos para que vean la Gobernación, Alcaldía y demás cargos de autoridad regional, como un extenso campo para trabajar en beneficio de la comunidad ibaguereña.
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